Al bohemio argentino Manuel Rojas
A ti que sabes de la Vida, de la Belleza, que
son la Verdad, y que el Arte plástico espresa
genésicamente cuando un “yo” lo comprende.
En escueto hospital yace la joven
desgreñado el cabello… ya agoniza
y su mirada lánguida se pierde
en algo ignoto que ve su pupila.
A su lado un aliento leve… leve
es el hijo querido que dormita
y en el sueño infantil de la inocencia
vaga en los labios lo sutil sonrisa.
En el rosto del niño suavemente
se agita el soplo de un raudal de vida,
y en la frente arrugada de la madre
ha tendido la muerte su ala fría.
La sociedad en su tremendo enojo
a la madre infeliz ruda castiga…
y el fruto de un idilio fracasado
viene a ser responsable de las iras.
¡Pobre mujer!Ha cometido un crimen
porque su cama no es de estirpe altiva…
¡Hijo infeliz! Es un esputo infame
y para él será la suerte esquiva…
¿Por qué desde la cuna hay un destino?
¿Cuál es la solución del cruel enigma?
Ella: irá a la tumba del olvido;
El: será un infeliz toda la vida.
Para ella la vida ha sido triste
y el adiós será sólo una sonrisa;
y a él la vida se abre toda incierta
y quizás morirá como un suicida…
¿Por qué la cuna nos dice la suerte?
¿por qué la suerte impera sin medida?
¿por qué desde la cuna hay diferencia?
¿por qué desde la cuna hay injusticia?
Habla el poeta y en su canto dice:
“¡Porque la Humanidad es corrompida…!”
Grita el obrero dolorido y dice:
“¡Cuidad los grandes, oh, la dinamita…!”
Gime el esclavo de las Urbes, dice:
“¡Cese la explotación que es plaga inicua!”
y de su trono Dios dice a los hombres:
“¡Que para todos sea igual la vida…!”
1912-XII